domingo, agosto 06, 2006

 

Bolliliendre (+ discapacidad temporal)






Esta semana he estado en la Universidad Menéndez Pelayo (Santander) en un curso sobre "Sexualidades en movimiento, derechos a debate". A estos cursos de sexualidad normalmente siempre suelen asistir tres tipos de personas: mujeres heterosexuales feministas, mujeres bollos mayoritariamente feministas y algunos hombres gays tipo pimientos de padrón, unos son feministas y otros non. Este curso me ha servido para muchas cosas, pero destaco aquí dos de ellas: reafirmar mi identidad de bolliliendre y empatizar con la discriminación de las personas con discapacidad.

Comienzo por lo segundo. Como sabéis, tengo escayolada una pierna y sólo puedo apoyar la otra y las muletas. Esto era motivo suficiente como para no ir a Santander, pero cuando mis amigas Inma y Nuria me confirmaron que iban al mismo curso y los de la universidad me dieron una beca, me animé a asistir. Tenía yo la ingenua esperanza de que en esta universidad sostenida con dinero público habría cierta sensibilidad hacia la discapacidad, pero la realidad me quitó la razón. Desde que contacté con ellos todo fueron borderías y malas respuestas al respecto. Cuando pedí una habitación en la Magdalena, donde estaba el aula, me mandaron a un hostal en la otra punta de la ciudad bajo la excusa de que no había habitaciones en el recinto y con el comentario de "si has podido llegar a Santander en tren desde Madrid, seguro que puedes llegar hasta la Magdalena desde el hostal" (aunque está en un cerro y no hay transporte público).


Durante el curso, una estudiante nos comentó que estaba alojada en la Magdalena porque había movido "sus hilos" con un conocido que trabaja en la universidad. Eso se llama enchufismo, o nepotismo si eres fina. Cuando pregunté si tenían una silla de ruedas para moverse por allí, me contestaron "¿tú te has creído que esto es un hospital?". Y así mil y una más. El resultado es que me he caído casi cada día y que yo, que ya me consideraba sensible a la discapacidad, hoy me siento más concienciado y empático que nunca con el tema. Os pongo una foto de la ducha de mi cuarto, ese simple "escalón" era todo un reto cada mañana: descalzo, mojado y sin apoyos la cosa era bastante complicada. Creo que cada una de nosotros debería pasar en algún momento de la vida por una discapacidad temporal para ponernos realmente en la piel del otro.

Como ya he señalado al principio, el curso estaba lleno de mujeres que tiene sexo con mujeres, o sea, bollos. La mayoría de ellas nunca hace pública su condición sexual y es que, queridas amigas, no son las mismas las consecuencias sociales de decir que uno es gay que decir que una es lesbiana. Por eso no existen muchos referentes públicos de lesbianas (¿donde están las presentadoras, deportistas, políticas, intelectuales, actrices...?). Las que lo son no se animan a decirlo.

El caso es que pasar tantos día rodeado de chicas bollos me ha hecho pensar y repensar con mis compis sobre los bolliliendres, que no son exactamente un reflejo simétrico de nuestras mariamigas las mariliendres. La primera diferencia es que mientras las mariliendres suelen ser hetero, los bolliliendres suelen ser maricas. ¿No os suena la imagen de la marica rodeada de amigas bollos? Esos bares del ambiente en los que, tras un filtro anti heteros babosos redimidores de lesbianas, sólo hay bollos y algunas maricas... Sí, lo confieso, César y yo hemos sido durante un laaaaargo tiempo adeptos a los bares de bollos de Chueca: Truco, Escape, Bohemia... Nos encantaba la música sin pretensiones de ultramodernidad, las chicas enrolladas y, sobre todo, las maricas alternativas y no estiradas que poblaban esos baretos.

Luego tenemos un binomio clásico: el tándem chica bollo - chico marica que son amigos desde la adolescencia y que comparten sueños de acceder a la maternidad juntos. Yo personalmente no lo he vivido, pero me he encontrado unos cuantos en mi camino. Algunos al final han conseguido esto de ser co-padre y co-madre de un mismo bebé, en ocasiones junto a sus parejas. Uff, ¡qué lío! Lo explico: yo, bollo, tengo un hijo con mi amiga la marica. Nuestras parejas están encantadas con la idea y pensamos que un día la novia de bollo y el novio de marica tendrán otro hijo, pero eso normalmente no ocurre así porque la química entre ambos es inexistente. Bueno, cambio de tema que ya desvarío...

En el curso también hemos visto a algún marica misógino (estos abundan) y alguna que otra bollo misoándrica, que vendría a ser el equivalente femenino a la misoginia -mujeres que no pueden ver a un hombre ni en pintura-, ya que una bollo andrógina es otra cosa. El caso es que uno de los participantes maricas, ante la abrumadora mayoría de mujeres y la perspectiva femenina imperante en el curso, acabó diciendo: "¡yo vine aquí con una crisis de masculinidad y me vuelvo más misógino de lo que llegué!". Yo le dije que no estaba mal que por una vez sintiésemos como hombres lo que mayoría de las mujeres sienten en casi todos los foros y espacios de su vida: que predominan los ponentes masculinos, la perspectiva masculina, las visiones masculinas, etc, etc, etc.


Una lesbiana a la que conocí el primer día me dijo: "las lesbianas son peor que las heteros, pero mejor que los hombres. Pero lo peor de lo peor, sois los gays". Ante el uso de la segunda persona del plural sólo le pude contestar: "yo no soy gay, soy queer". Al final, después de mucha paciencia y un apostolado de la tolerancia, hasta me pidió el teléfono para quedar en Madrid. Además teníamos a Elvira, que por encima de todo (mujer, hetero, antropóloga, madre...), es trabajadora social y no pudo evitar convertirse en la Personal Social Worker de la chica durante unos días.

Todo esto me hacía pensar en la interculturalidad: aquello de que el encuentro con el distinto, con el otro, hace que desaparezcan los estereotipos y pre-juicios a los que a veces nos resulta más fácil agarrarnos. Hay mucho hombre marica que se encierra en mundos de varones y acaba alimentando todos estos fantasmas sobre la feminidad (no hay que confundir esto con la chochofobia, de la que hablaremos otro día). Lo mismo ocurre con algunas mujeres lesbianas, que se encierran en odios viscerales hacia cualquier hombre en sus espacios protegidos de los malos-malísimos que son los tienen un colgajo entre las piernas. Recuerdo una chica que conocí en el Grupo de Gays de COGAM a la que pregunté por qué acudía allí. Ella me contó que sentía mucho rechazo hacia los hombres y que no se encontraba bien odiando a la mitad de la humanidad. Su solución comenzó por intentar conocer a hombres gays, con los que pensaba que compartía algo, para después pasar al resto.

Nenas (y con esto me refiero a las maricas), volveos bolliliendres. Tened muchas amigas mujeres de diversas opciones sexuales y así podremos poner nuestro granito de arena contra el machismo. Chicas, y me refiero a las mujeres heteros, añadid el bolliliendrismo y el mariliendrismo a vuestra lista de identidades fluídas y estratégicas. Bollis, haceos drag queens y venid a una fiesta mari. Y de este modo, quizás, podamos ir haciendo esa revolución queer en la que ser homo, hetero, bi o trifásica no tenga mayor importancia social que el color de los ojos o la longitud de los dedos.

Comments:
Tres cosas te comento dado que tu post esta dividido en dos:

Primero, me encanta ser el primero en ponerte un comentario, esto no parecerá importante aunque conociendome como me conoces y sabiendo de mi afan de protagonismo en estos momentos estoy muy satisfecho de ser el primero.

Segundo, los discapasitados: el verano pasado sufrí, con mi accidente de tráfico y las seis semanas de escayola, todas las barreras arquitectónicas que presenta una ciudad para un discapasitado, el gasto en taxis, ya que el metro o el auntobus los descarte desde el primer día que intenté ir al "andergraund" que me resulto casi imposible, rompamos pues una lanza para defender el acondicionamiento de los espasios públicos a un transito seguro para todo los discapasitados, temporale o fijos.

y tercero, bollos: sabia usted que en tenerife las maricas suelen ir de playa y las bollos de chuletada en el monte, mejor dicho tortillada... Piensa en esto que te digo, muy importante. Otra cosa, yo pensé siempre que el lesvianismo estaba mejor visto que el mariconeo y poco a poco voy decubriendo que al parecer no, supongo que la imagen que tenia estaba fundada en la típica peli porno hetero destinada a hombres en la que siempre hay un numerito bollo... creia que las gueisas eramos mas objeto de burla y teniamos más caricaturas que las camiones, o ¿es quizá este destacable hecho el que nos ha lanzado a ser visibles y que por aburrimiento del chiste facil de maricas "arebaliano" hemos terminado siendo, siempre entre comillas, mas aseptados por la sociedad que las tornilleras? ahora que lo dices se tan poco de mujeres... tendre que hacerme maribollo! pero eso si chochofilico ni muerta!
 
Imagínate que soy una de las Hermanas Tacañonas del 1,2,3... "Escuchemos la voz del Súper Tacañón: El diccionario de la RAE define misoginia como "Aversión u odio a las mujeres". El mismo diccionario incluye el término que define dicha aversión hacia los hombres. Es androfobia. A la pregunta "Por veinticinco pesetas, díganos fobias sexuales y/o de género, no podemos contabilizar como respuesta correcta 'bollo misoándrica'"
 
Hola: yo os quería recomendar un blog:

www.lleganlos40glups.com
 
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