domingo, junio 24, 2007
Truños
Mañana comienza la semana del orgullo y las cosas por el mundo maribollo andan moviditas. Y eso que ya se sabe: a río marica revuelto, ganancia de homófobos.
Calentaba motores el director de la revista "Shangay Express" cuando comentaba en uno de sus últimos editoriales que a cuenta del orgullo de este año no han dejado de sufrir "engaños, manipulaciones, amenazas, demandas, chantajes, insultos y puñaladas por la espalda de, incluso, los que en tiempos pasados iban de nuestra mano". ¡Olé! Y se queda tan pancho, enciende el ventilador de repartir mierda sin darse cuenta de que salpica a todo quisque que colabore en la organización del orgullo. Eso es hacer causa. Chico, si vas a meterte en esos berenjenales, por lo menos da una pista sobre de qué personas o grupos estás hablando. Lo peor es que creo haber leído algo similar también en otra revista gratuita gay. Y si de revistas hablamos, no podemos dejar de lado lo de la Zero, que con su entrevista y portada al realcalde de Madrid, Gallardón, ha dividido a sus lectores, a algunos de los que por allí escribían y a muchas maricas.

El caso es que entre manifiesto que va, manifiesto que viene, estoy viendo que poco a poco va ganando terreno un concepto que a mi me parece un truño: elegetebefobia (o LGBTfobia, GLBTfobia y todas sus variantes posibles...).
Motivos por los que me parece un truño:
- en primer lugar por eso, porque aún no nos hemos puesto de acuerdo en el orden de las siglas y si buscas por google te vuelves loca (más de lo que ya andamos). Por cierto, aparecen poquísimas referencias respecto a LGBTfobia, especialmente si lo comparamos con la alternativa comúnmente aceptada y universalmente utilizada: homofobia.
- en segundo lugar porque me parece impronunciable y más que lo va a seguir siendo cuando, en ese espíritu de acomodar la diversidad que parece estar detrás de la decisión de utilizar este palabro, le sigamos añadiendo siglas como la I de las personas intersexuales, la Q de las queer, la C de quienes están en cuestionamiento: ¿elegetebeicucefobia? ¿y por qué no esternocleidomastoideo?

- en cuarto lugar, y para mi el más importante, es que la fuerza teórica del término homofobia no la tiene el de elegetebefobia. Homofobia no se refiere al odio contra los maricas, sino al rechazo de todas aquellas personas que se salen de sus roles de género (esto incluye a las transexuales y a todo hombre que no hace cosas de hombre y a las mujeres que no hacen cosas de mujeres) y de todas aquellas personas que se salen de la heterormatividad, es decir, aquellas que sienten deseo sexual por otras personas de su mismo sexo (esto incluye a gays, lesbianas y bisexuales). A partir de aquí podemos hablar de formas específicas de homofobia como la lesbofobia, la bifobia, la transfobia o la plumofobia... pero no os aburro con estos temas de nuevo.

Así que, nenas, este sábado, contra la homofobia, todas a la manifa. Bueno, excepto las que por motivos laborales (¡qué duro es currar en finde!), tengamos que saltárnoslas. Ummmmm, hablando de saltar: creo que este año me ahorro romperme el otro tendón de aquiles. Todo tiene un lado positivo.
domingo, junio 10, 2007
Cambios

Eso sí, regreso con algunos cambios en la bitácora, como los enlaces al "mundo queer" que os invito a visitar. Ya sabéis que yo no soy queer (ni siquiera fui a Barcelona a rendir tributo a la Butler), pero con este nombre no me queda otra que ponerme al día.

Ahora parece que los sociatas hacen propósito de enmienda y -con cuatro años de retraso- "dimite" Simancas. Y lo pongo entre comillas porque de dimisión, nada de nada, que ha dejado el cargo en el partido, pero recogerá su acta de diputado en la Asamblea de Madrid y parece ser que nos lo endilgarán de candidato en las listas del PSOE para el Congreso ¿así quiere ganar ZP en Madrid? Eso sí que es tener morro y chupar del bote. Al menos en eso Sebastián ha sido más coherente y ha dejado la política para volver a su antiguo puesto como profesor.

En todas las encuestas y estudios que se han hecho en España se refleja que aproximadamente un tercio de la gente es homófoba o, lo que es lo mismo, que la mayor parte de la gente es respetuosa con la diversidad sexual (dos tercios, para ser exacto). Lo que pasa es que ese tercio suele estar en posiciones de poder ("el lobby homófobo") y arman mucho ruido, como estamos viendo ahora con la resistencia absurda a la asignatura de Educación para la Ciudadanía y como vimos con la legalización del matrimonio homosexual. Este pequeño porcentaje homófobo supone un peligro andante, por ejemplo, en un aula, ya que pueden producir muchísimo sufrimiento y amargar la vida a un chico o una chica homosexual.
Hace un par de semanas tuve una experiencia que ilustra perfectamente los cambios sociales que estamos logrando con nuestras pequeñas y grandes luchas (visibilidad, acción política, movilización, etc.). Estaba en una Escuela de Magisterio de Galicia dando una charla sobre la homofobia en los centros educativos a futuros docentes y uno de los asistentes no sé cortó de hacer unos cuantos comentarios homófobos sobre "maricones". La profe le paró los pies y los comentarios se quedaron en su "petit comité". La sorpresa fue cuando, al terminar la charla, él hizo de nuevo un comentario homófobo en alto y uno de sus compañeros gritó su nombre diciendo: "¡Carlos homófobo!". De repente más de la mitad de la clase empezó a increparle: "¡Homófobo!, ¡Homófobo!" y el sujeto en cuestión se levantó y se puso a gritar: "¡Yo no he venido aquí a que se me insulte, también tengo derecho a que se me respete!". La situación fue bastante violenta pero pone de manifiesto que:
- la mayor parte de las personas heterosexuales (hombres y mujeres) están empezando a convertirse en aliados en las situaciones de homofobia, ya que han perdido el miedo a que piensen que ellos o ellas son homosexuales;
- tenemos que llevar el mensaje de la igualdad también a quienes no quieren escucharlo, ya que así se darán cuenta de que los homófobos, efectivamente, son minoría y la sociedad no los acepta.

Lo que está claro es que este chico, cuando sea profe el día de mañana, probablemente se cuidará muy mucho de hacer comentarios homófobos en el aula o en un claustro porque barruntará el rechazo social que le espera. Quizás sólo lo haga por eso, o por corrección política, pero es un paso adelante.